lunes, 2 de diciembre de 2013

Antonio El Bigotes: "El boxeo es una fábrica de sacar tíos de la calle"

Antonio Fernández, más conocido como "El Bigotes" es el fundador del Club Boxeo Sevillano, que desde 1988 enseña a todos sus socios el arte del pugilismo, y en muchos casos el arte de la vida. Si por algo es conocido este Club, y su creador, es por ser un lugar en común para todos los amantes de este deporte. Un lugar donde olvidar los problemas, a fin de cuentas una vía de escape. La enorme labor social y deportiva que, junto con sus hijos, desempeña este hombre lo convierte en un grande, una persona de las que da gusto conocer y charlar con él y que más que nadie sabe lo duro que es sacar adelante un club de un deporte a menudo perseguido.

Fruto de una charla con Antonio, en Escenario Deportivo Sevilla publicamos esta entrevista que esperemos disfruten y compartan, y de nuestra parte mandamos todo el apoyo del mundo a proyectos como este y en general a los deportes minoritarios, sobre todo a aquellos que día a día tratan de asomar la cabeza en nuestra ciudad.

(Entrevista)



Usted es la cara conocida del club, pero hay mucha más gente trabajando para sacar el gimnasio adelante, ¿no es así?

Hombre claro, yo tengo dos hijos que los dos han sido boxeadores, los dos profesionales. Uno ya con 17 años era campeón de España y después pasó al campo profesional (Domingo Fernández "Domi"). Y el otro, el pequeño que era un peso medio, tenía  60 y tantas peleas y llegó a ser subcampeón intercontinental de boxeo internacional (Marcos Fdez, "Marquitos"). Esos son los dos que están conmigo, cada uno tiene un gimnasio pero somos del mismo club. 

Cuénteme, ¿por qué decidió montar este club? ¿con qué expectativas?

Monté el club porque tuve unos impagos, yo tenía fundición y me dio un palo la Expo 92’ y cogí una depresión. Entonces qué es lo que pasa, que entre psicólogo, que si psiquiatra que si pitos y flautas, ‘empastillao’…dije no. La depresión me la quito yo, solo…Y me llevé un año dándole de comer a los pájaros y pensando, todos los días. Entonces fui al polideportivo Rochelambert y hablé con el director, le dije las pretensiones mías y me lo facilitó. Y hasta hoy, hoy tenemos ya cuatro gimnasios.

Lo que ha hecho popular (ha aparecido muchas veces en TV)  a sus gimnasios es el hecho de que la mayoría se encuentran en barrios digamos marginales, con muchos problemas sociales, siendo su club una alternativa a la vida en la calle. ¿Esperaba al principio tener tan buena acogida y que fueran tantas las personas que acudieran a usted para que les ayudara?


Al principio no, pero como los primeros que se apuntaron fueron chavales con problemas pues yo me volqué tanto con ellos como con los que venían de buenas familias. Para mí son todos iguales, que pasa, que en Sevilla me respeta todo el mundo, porque sin distinción ninguna le doy vidilla a todo el que viene.

¿Hasta qué punto piensa usted que el deporte, en este caso el boxeo, puede motivar a una persona a seguir adelante y olvidar sus problemas?

Primeramente, el boxeo es duro. Tú coges confianza hacia tu entrenador. Tu entrenador no te va a engañar nunca, entonces ellos ven que tu lo único que quieres es que tu cambies de vida. Te hagas deportista. Y los fracasos son para uno y las ventajas son para el deportista.

¿Alguna vez ha escuchado comentarios como “Lo que nos faltaba, que les enseñen a pegar”? ¿Qué opina al respecto?

La gente está equivocada total. Hoy si se enseña a un tío a pegar, dentro de un mes está el tío tan motivado y con la cabeza tan limpia para decir no te voy a pegar. Uno de mis hijos, el más chico, era hiperactivo. Peleas todos los días, se metió en el boxeo y hace 20 años que no ha tenido una pelea ni la va a tener. ¿Por qué? Porque se ven fuertes, se ven seguros y no necesitan pelearse. Es mejor enseñarlos a pegar porque con la confianza que cogen te respetan. Pero si se ven ya que das la vuelta a toda provocación y ya lo confundes con miedo peor para ellos.

El lema de su club es “Una hostia a tiempo hace milagros”. ¿Es esa la clave de que el boxeo haya sido siempre un deporte de villanos practicado por caballeros?

Eso es una frase que hace muchos años que yo la tengo, como “no hay derrota en el corazón del que lucha”. Y eso va seguido, una hostia a tiempo hace milagros, de un buen polvo hace maravillas. Son frases mías. La verdad es que hay veces que por las buenas no se consigue nada y hay que darle una hostia para que entre en razones. Vas por la calle, te provocan, si vuelves la espalda te viene el abuso. Si le pegas una ostia bien ‘dá’, los demás no se meten porque han visto que sabes darla.

Si ya es difícil controlar a los jóvenes para que respeten al rival encima del ring, ¿cómo lograr que ese respeto vaya más allá, a la vida diaria?

Esa es una de las bases del boxeador, respetar al contrario, no pegarle fuera de tiempo, etc. Se enfrentan dos boxeadores, preparados y en igualdad de condiciones. Están preparados también para la calle porque se ven fuertes y el 99% no abusan de sus facultades. El tontito, que hay tontitos, que se apunta un mes al boxeo sale perdiendo porque el boxeo se aprende con los años, sabe pegar mal y lo más fácil es que le peguen. Luego van diciendo “es que le he pegado a un boxeador”, no, eso no es un boxeador, eso es un capullo. Porque el boxeo se aprende con el tiempo.

Le he escuchado decir que todos sus chicos son como sus hijos, ¿se preocupa de lo que hacen cuando salen de su gimnasio? ¿O simplemente (que no es poco) intenta que pasen el mayor tiempo posible en el gimnasio e inculcarle valores una vez estén con usted?

Me preocupo de todo porque a mí me cuentan todo. Yo les doy a ellos consejos como si fueran mis hijos. Porque si un tío viene a entrenar, te da toda su confianza y ahora a lo mejor tiene un problema que no lo puede resolver con su familia porque a lo mejor no tiene confianza, o con los amigos porque no tienen la suficiente capacidad entonces me lo cuentan a mí. Y entonces yo le doy el consejo que yo creo que es lo mejor.

Un gimnasio de boxeo da cabida a mucha gente distinta, gente que solo quiere hacer ejercicio, aprender a boxear, perder kilos…pero me imagino que para un entrenador será bonito tener a algún campeón en sus filas. ¿Tiene usted a día de hoy a alguien en quien confíe para llegar lejos?

Si los tenemos, porque si nos juntamos el club nuestro…de 11 campeones que hay en Andalucía, el año pasado teníamos 7 (además de medallistas en los Campeonatos de España). Y la base es que el entrenador de Tiro de Línea y el de Gines han sido campeones, entonces ya tienen un ídolo que seguir.

¿Estamos hablando de campeones amateurs o profesionales?

Profesionales todavía no porque para llegar ahí hay que tener una carrera muy limpia y bonita de amateur, aparte de que hay que firmar con empresas de Madrid y es donde está el dinero. Aquí lo que pasa es que los gobiernos se preocupan más del mangante que del deportista. Mientras que en Cuba, y yo no soy comunista, el boxeo es un deporte como los demás. Pero aquí el boxeo parece que es extraterrestre. Entonces nos encontramos trabas por todos sitios. Que no sé que ven los políticos, y los vividores que hay con los políticos, que parece que el boxeo es un monstruo. El boxeo es una fábrica de quitar tíos de la calle y quitar a tíos de muchos vicios.

¿A qué cree que se deben tantas trabas? ¿Por qué hay esa especie de veto al boxeo, que antiguamente era un deporte que se seguía tanto como el fútbol?

Te voy a comentar una cosa. Lo mismo que te he dicho que no soy comunista ni lo seré, lo mismo te digo que no soy franquista ni lo seré. En el tiempo de Franco se respetaba todo. Y el boxeo era un deporte más. Si había tíos que valían tiraban para arriba. Las Televisiones en aquella época no estaban politizadas. Estamos hablando de un deporte olímpico, nosotros hacemos más bien que mal.

Al morir Franco cambió todo, ¿o cómo explica esta falta de respeto hacia el boxeo?

Cuando entró el socialista señor Solana en el Ministerio, el hermano fue dirigente de la RTVE (a dedo). Lo primero que hizo fue vetar al boxeo y a los toros. Pero como no tuvieron cojones para acabar con los toros fueron a por el boxeo. Y estamos hablando de un país de libertades, un país libre que ellos predican. ‘Un mojón pa tos ellos’, y esto lo digo aquí y lo digo delante de un juez. El boxeo no tiene nada que ver con el franquismo, pero llegó el hermano del famosísimo señor Solana y le dio al boxeo. ¿El boxeo por qué? ¿Porque no te gusta el boxeo, o porque has tenido un problema con un boxeador? Espero que no.

Con la llegada de Marca TV y ahora el traslado del boxeo a Intereconomía parece que se ha vuelto un poco a la televisión, aunque insuficiente.

En las televisiones no entro. Lo que sí se demostró es que ha habido audiencias enormes cuando ha habido campeonatos.

Pasando a otro tema antes mencionado, ¿alguna vez ha usado sus “conocimientos pugilísticos” más allá de las puertas del gimnasio?

De chaval yo me he peleado hasta con las estatuas. Pero yo me metí en el equipo de boxeo del Real Betis, aunque yo soy sevillista. El Betis tenía un equipo, el único que había. Cuando yo entré ya en el boxeo, y me pegaba todo el barrio antes, cuando yo llevaba tres meses, lo siento voy a decir la verdad, fui en busca del matón del barrio y le di una paliza delante de todo el mundo y ya a raíz de ahí no me he vuelto a pelear más, pero puse las cosas en su sitio.

Para terminar, usted que ya es veterano en esto, ¿cuál sería su boxeador favorito extranjero y cuál español?


Mi ídolo ha sido Cassius Clay, más conocido como Muhammad Ali. Y aquí en España hemos tenido a Castillejo, hemos tenido al Poli…que el Poli dicen que…no, el Poli es una gran persona. Lo que pasa es que ganó mucho dinero, tuvo malas compañías y se casó con quien no tenía que casarse que le metió en todos los vicios. Yo lo conozco personalmente y mi hijo estuvo en el equipo del Poli. Y el Poli lloraba viendo El Rey León, fíjate si es sentimental. La fortuna la quemó de una forma que no es lo que habla la gente. El Poli cuando ve una cámara se vuelve loco, porque no tiene un pavo y se vuelve loco por llamar la atención. Pero es una de las mejores personas que yo he visto en mi vida.

Fotos: Facebook Antonio El Bigotes

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